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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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25-09-2016

Bulgaria: los cazadores de refugiados


SURda

Bulgaria

Opinión

Stanislav Dodov

 

 

El 8 de junio de 2016, ZDF transmitió un reportaje sobre un grupo paramilitar, la autoproclamada Unión Militar Búlgara "Vasil Levski". El documental se rodó durante una operación regular de "caza de emigrantes" de la unidad en un bosque cerca la frontera con Turquía. De acuerdo con el reportaje, a mediados de junio había cerca de 800 personas que participaban en grupos similares en Bulgaria.

Los grupos de vigilantes tienen tres cosas en común: hacen retroceder a los emigrantes a la frontera con Turquía, se dedican a hacer "arrestos ciudadanos” ilegales , y hacen llamamientos a dar una respuesta militante auto-organizada ante situaciones percibidas como una amenaza a la identidad nacional búlgara - desde la "invasión emigrante", a la corrupción de los partidos oligárquicos en el poder – para alentar un nuevo renacimiento nacional.

Su retórica fascista describe a la Nación en peligro por las "hordas extranjeras" y las conspiraciones internacionales, siendo la única manera de salvarla la toma del estado a través mediante una respuesta militante colectiva de la gente. Por ejemplo, la web de la Unión Militar Búlgara "Vasil Levski" - una de las organizaciones más prominentes que hacen arrestos ciudadanos de emigrantes esta llena de este tipo de retórica.

Aunque la tendencia surgió en febrero, éstos grupos organizados de derecha ya habían ganado notoriedad en todo el mundo - junto con el mencionado documental de ZDF , Vice publicó un artículo largo el 16 de junio, que explica la vida cotidiana de uno de los "padres" del movimiento, Dinko Valev, el cazador de emigrantes en ATV (en la foto). Global Voices distribuyó un artículo sobre el reciente crecimiento de estos grupos, y empiezan a ganar apoyo internacional con el reciente llamamiento de Tatjana Festerling [1] , ex–portavoz de Pegida, a todos los “ patriotas europeos para que apoyen a los vigilantes búlgaros contra la islamización de Occidente y la defensa de la Fortaleza Europa ”.

Pero, ¿cómo crecieron estos grupos en número y renombre tan rápidamente? ¿Cuáles son los factores reales, o más bien, las situaciones y las relaciones - en Bulgaria, al menos - que han permitido la rápida ampliación de este movimiento?

La  primera aparición  pública de un grupo de vigilantes se produjo el 18 de febrero. En medio de las escenas grabadas en el reportaje, con los emigrantes tendidos en el suelo con las manos atadas a la espalda, Dinko Valev, que pronto se convertiría en un superhéroe búlgaro, narra su primer encuentro con los emigrantes y su instinto patriótico de esposarles y entregarlos a la policía de fronteras, en cumplimiento de su deber cívico.

En aquel momento hubo algunas reacciones vagamente negativas ante las escenas. Pero en los medios de comunicación los análisis críticos y las condenas de periodistas populares, activistas y políticos llegaron mucho más tarde, en abril, después de hacerse público un segundo caso de un dirigente de otra banda parecida. Fue entonces cuando sus hazañas ganaron atención pública.

Polina Paunova , una conocida periodista liberal, atribuye la débil respuesta del estado, la eventual condena de tales "arrestos ciudadanos", a la denuncia de los medios de comunicación occidentales, y no a los valores intrínsecos de un estado democrático "auténtico". Porque, como Paunova escribe, todavía no estamos defendiendo la importancia de “valores como el respeto a la diversidad, que - a diferencia de Europa – no existen en Bulgaria . La sensibilidad de los políticos y los periodistas no es que esté embotada, es que aun tiene que surgir” .

Un enfoque evolutivo-transicional de este tipo es ampliamente compartido por los intelectuales liberales de derecha. Por ejemplo, el periodista Samuil Petkanov afirma que “ aceptamos a todos los que se comportan como Parapithecus” , refiriéndose al prefijo “ para de paramilitares , que todavía no han evolucionado. La evolución, que hace surgir el sentido de la dignidad humana y el impulso de protegerla, en lugar de convertirnos en monos”.

Otros analistas recalcan el subdesarrollo de la evolución de la nación-estado búlgaro, que supuestamente permite tales prácticas anti-europeas, haciendo hincapié en las reminiscencias del pasado. La intelectual conservadora Theodora Dimova afirma que “es verdad que la ilegalidad y la impunidad reinan en nuestro país, y que los ciudadanos tienen el derecho de proteger su país, su propiedad y su vida. Los ciudadanos no deben ser pasivos frente a las violaciones de la ley” , dice Dimova, refiriéndose implícitamente a los casos de cruce “ilegal” de fronteras. “ Siempre estamos divididos”, continúa el argumento. “ La mitad de los búlgaros considera a  Dinko un héroe, la otra mitad lo repudia”, lo que implica que es necesaria la unidad nacional, de una forma u otra. Pero, sobre todo, el artículo de Dimova, sugiere que hay características nacionales, que estaban profundamente asumidas por el antiguo régimen comunista, que dificultan la evolución deseada. Como ejemplo pone a Atanas Stoykov-Premyanata, un comunista y partisano de la década de 1920, que operaba en la misma zona de las montañas de Strandja, como Dinko Valev hoy. Stoykov fue elogiado como un luchador heroico por el Partido Comunista Búlgaro. Dimova argumenta que este tipo de mentalidad todavía domina en la sociedad búlgara en el 2016.

En un artículo para Deutsche Welle Bulgaria , Haralan Alexandrov, un famoso antropólogo cultural, sostiene que “ la cultura exhibicionista y de voyeur no es un producto de la ‘estupidez búlgara' solamente”, en referencia al acto de detener y humillar a la gente delante de una cámara. “Si bien en otros lugares se presume de prestigio, estatus, conocimiento y riqueza, aquí se hace ostentación de puro salvajismo, y la razón es que en la mente de algunas personas ser cruel, primitivo y áspero con los más débiles otorga prestigio. Los escandalosos ‘selfies' solo señalan y destacan algunos fenómenos culturales locales, que de otro modo permanecerían invisibles”.

En resumen, una parte importante e influyente del discurso dominante que critica las actividades de los grupos de vigilantes culpabiliza a constructos como la cultura, la mentalidad nacional, el pasado comunista, el período de transición inacabado, y nuestra retardada evolución.

Hay, en ocasiones, sujetos que afirman explícitamente que las instituciones se equivocan a la hora de criminalizar y castigar a estos grupos. El defensor más conocido de esta tesis es el Comité Helsinki de Bulgaria ( BHC ) - que fueron los primeros en reaccionar al video de Dinko y su llamamiento a sumarse a bandas auto-organizadas de "caza" de emigrantes en febrero. Sin embargo, no ha habido acusaciones públicas visibles de la incompetencia del estado que vayan más allá de la idea de su inadecuación: una lógica binaria según la cual es adecuado perseguir a esas bandas, porque lo contrario sería inadecuado.

Como Paunova señala, “tiene que ver con un analfabetismo funcional con respecto a cómo funciona el estado”. Quiere decir que el estado sólo puede funcionar de una manera determinada (liberal), porque cualquier otra manera es una aberración.

Esta concepción liberal del estado no es capaz de explicar algunos aspectos y dinámicas de los últimos meses, que ponen de manifiesto la respuesta del Estado ante el incremento de los grupos de vigilantes.

En marzo, Rumiana Bachvarova , Ministra del Interior, admitió que por el momento (casi un mes) las autoridades policiales no estaban tomando ninguna medida contra los "arrestos ciudadanos" de emigrantes, a pesar del popular video de Dinko Valev y las protestas del Comité de Helsinki búlgaro. Cree que la acción de Valev es “ una excepción , no una práctica generalizada”.

El 6 de abril, Antonio Angelov , director de la "Policía de Fronteras", oficialmente otorgó un premio simbólico a un tercer grupo de vigilantes, la Organización para la protección de los ciudadanos de Bulgaria , y al día siguiente anunció en la televisión nacional que la policía estaba preparada y dispuestos a cooperar con dichos grupos.

En una entrevista publicada el 15 de abril, Radoslav Sotiro , director del departamento regional de la "Policía de Fronteras" en Elhovo, declaró repetidamente que “ estas patrullas no tienen derecho a detener” . Sin embargo, sugirió que los "voluntarios" deben “ actuar como ciudadanos y no como cazadores”. También explicó los motivos concretos para la cooperación entre la policía y los vigilantes, así como las instrucciones específicas de cómo tenía que tener lugar la cooperación.

En abril, "Alfa Investigación" , una de las principales compañías de encuestas del país, llevó a cabo un estudio de opinión preguntando ¿Aprueba usted los arrestos ciudadanos de refugiados? , dando a entender, además, que tal pregunta es, de hecho, legítima. Los resultados muestran que el 29,4% de los encuestados respondió Sí , y el 25,4% contestó mayormente sí .

En una conferencia de VMRO (uno de los partidos nacionalistas más importante de Bulgaria, socio en la coalición de gobierno), celebrada el 17 de abril, Georgi Parvanov, ex Presidente de la República, ex dirigente del Partido Socialista Búlgaro , y actual líder de Alternativa para el Renacimiento de Bulgaria , pidió reformas legales que permitan a la “ creación de una guardia civil con responsabilidades claras para el tratamiento de los emigrantes en la frontera entre Bulgaria y Turquía, y una candidatura presidencial de unidad nacional”.

En el lado opuesto del espectro político, un miembro de Demócratas por una Bulgaria Fuerte (heredera de la Unión de Fuerzas Democráticas, el primer partido gobernante de derechas después de la caída del régimen comunista en 1989) dijo desde la tribuna de la Asamblea Nacional que “si hay personas que, como ciudadanos, desean cumplir con su deber constitucional de asegurar la frontera, permitamos que el estado se encargue de la organización y dirección de este proceso, en lugar de permitir la libre iniciativa”.

Dos meses más tarde, el discurso ya existente que sugiere que estos grupos han sido apoyados por Rusia en términos de formación y recursos, adquirió mayor importancia pública. Así lo señaló en primer lugar Iliyan Vasilev , ex embajador búlgaro en Rusia (que sabe de dos grupos, pero con miles de personas involucradas , en contra de la información de ZDF tres semanas más tarde), y luego fue ratificado por Boyko Stankushev, responsable de prensa del Ministerio del Interior, que afirmó que la “ Unión Combatiente "Vasil Levski" y el BNM (Movimiento Nacional de Bulgaria) "Shipka" - las dos principales organizaciones paramilitares que se ocupan en las prácticas de vigilantes – han recibido un apoyo importante de agentes rusos en el país, en un intento de persuadir [al público] que el estado no puede cumplir con sus obligaciones de asegurar la frontera. [...] El objetivo de esta operación es erosionar el orden constitucional vigente mediante la propaganda populista, obligando con ello al estado a reorientar sus políticas, haciéndolo más dependiente de los actuales gobernantes de Moscú”. Y termina "para mí, estas personas no son patriotas. ¿Qué mérito tiene y que servicio prestan sus acciones? "

¿Qué conclusión podemos deducir tras esta breve cronología de la respuesta ante los grupos paramilitares por parte de las instituciones gubernamentales búlgaras - ministros, funcionarios de alto rango del Ministerio del Interior, líderes de partidos, las principales compañías de encuestas, diplomáticos?

Primero y ante todo, que la lógica liberal imperante de la "adecuación del estado" no es aplicable. Los mensajes enviados por este estado son incoherentes incluso en términos de relaciones públicas. Lejos de la lógica binaria simple de "arrestarlos o no", las instituciones recorren un largo camino (pero rápidamente) de la imparcialidad, a través de sus interpretaciones de temas como el deber cívico y la legalidad, a la legitimación abierta de los grupos paramilitares y, en última instancia, a la propuesta de reformas legislativas.

Además, parece que las autoridades estatales, sus críticos liberales y los grupos de vigilantes comparten una narrativa común. A pesar de que su forma de reaccionar difiere - las autoridades modulan su vocabulario de acuerdo con las voces dominantes en cada momento, los periodistas liberales, los expertos y los activistas escriben artículos, y los propios vigilantes actúan directamente "en el terreno" - su principal mensaje ideológico es el mismo: "el estado es disfuncional, la gente necesita unirse y reaccionar".

Últimamente, el discurso de que "Rusia está apoyando a los vigilantes para desestabilizar al estado" (no importa si se refiere a hechos reales o no, pero ha sido reforzado aún más por la actuación de los "Lobos de la Noche" ) ha servido intencionalmente para borrar la diferencia entre un estado-nación estrictamente nacionalista y otro orientado hacia la UE, ya que en ambos casos el rechazo de Rusia como supuesta heredera de las ideas comunistas es ampliamente compartido. Además, este discurso permite a las autoridades una cierta distancia excusable de los vigilantes que podrán evocar cuando la legitimidad de estos grupos se convierta en una amenaza.

Este esquema explicativo emergente de por qué los grupos de vigilantes no son tan malos, o por qué ni siquiera merecen apoyo, utiliza argumentos de unas supuestas especificidades culturales de Bulgaria compartidas por nacionalistas y liberales por igual. "El Estado es disfuncional o inadecuado", dice la lógica, "porque la gente está insuficientemente socializada (en los valores nacionalistas o europeos)". Ambos grupos tratan de definir quienes son las personas ‘inadecuadas' llamando a la concienzación de la gente - los vigilantes –“a las armas”, a "despertar", o a unirse a ellos con mensajes en los medios de comunicación social; las principales figuras liberales, a través de un llamamiento a los valores democráticos y el desarrollo de Europa; los representantes del Estado, oscilando entre ambos. El objeto de todos estos llamamientos es hacer surgir al "ciudadano" que proteja la frontera, desprecie las instituciones corruptas y trabaje para el renacimiento nacional. Lo que al mismo tiempo le convierte en última instancia en sujeto portador del proyecto de unidad (nacional). Pero cuando la cultura es vista como un argumento débil, las narrativas mencionadas recurren a una convergencia peligrosa con paradigmas racistas clásicos, haciendo más confusa la línea entre los discursos liberales y nacionalistas.

La pregunta inicial - ¿cómo crecieron estos grupos crecen tan rápidamente en miembros y popularidad? - parece menos relevante después de este breve análisis de su tratamiento en los principales medios de comunicación. Además, la información sobre estos grupos es escasa, y ni siquiera quienes estudian su desarrollo pueden confirmar casi nada, como si la existencia de los grupos de vigilantes fuera de los medios de comunicación fuera casi fantasmal.

Las estrategias de reclutamiento, de organización, específicas de estos grupos siguen siendo, a día de hoy, poco claras y sumidas en teorías conspirativas. Es más, algunas diferencias significativas pierden importancia. Por ejemplo, si estos grupos afilian a 800 o a miles de personas, o en realidad son un pequeño grupo de voluntarios, porque ninguno de ellos mantiene un registro de sus miembros, e incluso si lo hicieran, no tendrían ningún interés en hacerlos públicos. También rara vez se menciona que algunos de estos grupos son entidades legalmente registrada (OZBG - como una ONG), mientras que otros son totalmente informal; o que algunos tienen conexiones y financiación internacionales, mientras que otros se sitúan en la línea entre un reality show y una acción de voluntariado excepcional. Todos estos matices se funden en el debate público y las imágenes relacionadas con la subjetividad de los grupos de "caza de emigrante", paramilitares "patriotas", escuadrones, patrullas de vigilantes, etc..

Sin embargo, no hay artículos o reportajes -más allá de los que presentan las opiniones de los propios vigilantes, los intelectuales liberales y los portavoces estatales- que expresen otros puntos de vista. Por ejemplo, este artículo se basa en entrevistas con personas que viven cerca de la frontera: la mayoría de ellas simpatizan con los emigrantes y no están de acuerdo con las acciones de Dinko. Contra estas voces débiles, se levanta a nivel nacional la encuesta de Alpha Investigación antes comentada.

Con el fin de reaccionar ante el estado disfuncional, la gente necesita unidad, y se hacen llamamiento a esa unidad desde todos los sectores del espectro político. Mientras tanto, el fantasma de grupos de vigilantes acecha peligrosamente en el debate público desde hace bastante tiempo , dispuestos a llevar a cabo esa unidad mediante la transformación a su imagen y semejanza de los “ciudadanos”. Toda esta tendencia puede servir como prueba "viviente" de que no solo es posible la acción directa nacionalista de los "ciudadanos", sino que en ciertas circunstancias, es permitida e incluso bienvenida.

Teniendo en cuenta que la coalición de gobierno actual está formada por el Frente Patriótico (que une a dos partidos nacionalistas diferentes) y una mayoría de derechas, hay que subrayar que -como se muestra en este artículo-, la corriente principal de analistas de la derecha liberal no sólo preparan el terreno intelectual al hacer aceptable el discurso nacionalista mediante la apropiación y la matización de los significados de "patriótico" y "pseud?patriotico". Logran mucho más: facilitan el camino al poder de la extrema derecha, haciéndo todo el trabajo sucio.

Nota : [1]   El 13 de julio se enfrentó a cargos criminales de vuelta a casa.

Stanislav Dodov estudia Filosofía y Pedagogía. Es también miembro del dVERSIA. net, una revista de activistas de izquierdas búlgaros.

Fuente: http://www.criticatac.ro/lefteast/bulgarias-refugee-hunters/ Traducción: Enrique García

http://www.sinpermiso.info/textos/bulgaria-los-cazadores-de-refugiados-0